miércoles, 12 de diciembre de 2007

Un Día En Glasgow

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(Patio de la Universidad de Glasgow)

No estaba planeado, pero este lunes por la noche, me puse a pensar que podía hacer el día siguiente, que era mi día libre, y al final me decanté por ir a Glasgow.

Esa madrugada consulté dos páginas web para comparar los precios:
megabus.co.uk y citylink.co.uk, la primera tienen un buen abanico de tickets de autobuses en Reino Unido y los Estados Unidos y la segunda sólo en Escocia.

Compré el billete de ida y vuelta por 7 libras. Y una cosa, tenéis que imprimiros el billete electrónico, porque si os presentáis en el autobús el día del viaje, únicamente con el número de billete escrito en un papel, el conductor os dejará en tierra.

El viaje duró una hora y cuarto. Me dirigí a la Oficina de Turismo, para conseguir un mapa de la ciudad.

Quedé con Edu, que está estudiando allí, y me comentó que había quedado con unas compañeras de clase para ir al Jardín Botánico. Y allí fuimos...

Botanic Garden
(Entrada principal del Jardín)

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(Cactus de unos 4 metros de altura)

Edu and I
(Edu y yo)

A continuación me enseñó la Universidad de Glasgow, construida en 1451 y la 4º mas antigua en el mundo anglosajón.

Main gate at the Glasgow University
(Entrada principal)

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(Uno de los patios)

Poco después, me despedí de Edu y sus compañeras de clase, dado que tenían cosas que hacer.

Y seguí dando una vuelta por la ciudad...

Killermont Street
(Killermont Street)

George Square
(George Square)

Buchanan Street, Glasgow
(Buchanan Street)

Sauchiehall Street
(Sauchiehall Street, o eso creo)

Todavía me quedaban varias horas para coger el autobús de vuelta, y mientras iba por Sauchiehall street (calle que empecé desde el número 944 hasta el 1) encontré una agencia de viajes y, dado que estuve trabajando durante 1 año en una agencia on-line en Madrid, pensé en entrar.

Y, una vez dentro, le pregunté a una empleada, de melena larguísima de color castaño claro, si buscaban gente para trabajar allí, me dijo que sí. He de decir, de antemano, que yo no entré buscando trabajo, yo entré allí y le dije lo primero que se me ocurrió.

Me preguntó por mi nivel de inglés, yo le dije que mejor que hace 5 meses. Me hizo varias preguntas y pensé que parecía una improvisada entrevista de trabajo, donde yo había entrado de broma, pero me di cuenta que eso iba en serio. En alguna de las preguntas tardé un poquito en expresarme, seguidamente vi que anotó algo en su cuaderno (igual que el que llevo siempre conmigo) y me dijo que lo sentía pero que no estaba preparado para trabajar allí.

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(Fachada de la agencia)

En aquel justo instante, me vino a la cabeza una pregunta muy absurda, pero antes de decidir si le hacía dicha pregunta mis cuerdas vocales le formularon lo siguiente:

Yo: ¿Sabe usted la capital de Zimbabwe?
Empleada: No
Yo: Harare
Empleada: (Con cara enrojecida) Ahhh
Yo: No estoy seguro de que seas la mejor persona para decirme que no puedo trabajar aquí

Me levanté de la silla y tras dejar la tienda con un sonoro portazo, empecé a sonreír , pensando en su rostro después de decirle "Harare". Me recordaba la misma cara que yo debí tener cuando le rompí el jarrón favorito de mi madre cuando era pequeño.

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Esta tienda en Sauchiehall Street es una cita obligada, tiene dos pisos enormes, llenos de ropa de primeras marcas a precios realmente bajos

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Enigmática pirámide al fondo de la calle, que no pude saber mas porque me quedaban pocos minutos para ir a la estación de autobuses.

Cuaderno de bitácora: Debería volver a Glasgow para vivir la noche de allí, dado que parece mas viva que la de Edimburgo

lunes, 10 de diciembre de 2007

...Y van 24

Happy bithday for us!
(Carlos y yo celebrando nuestros respectivos cumpleaños)

...Desde que llegué a los 20, cada año pasa enseguida...

El pasado martes terminé de trabajar a las 12 de la noche, lo que significaba que justo en ese momento era día 5, mi cumpleaños. Se lo comenté a mis compañeros de trabajo y empezaron a gritar: Ohh, Antonio's birthday! Let's go, party!

Y nos fuimos al bar de nuestro trabajo a tomar algo, yo me pedí una pinta y comenzamos a charlar...
Poco después, varios/as compañeros me invitaron a una cantidad indeterminada de chupitos, cada uno de un color distinto y de nombres inverosímiles.

Sasha & Chanelle celebrate my birthday
(Sasha y Chanelle conmigo, celebrándolo en el curro)

Pero, una de las cosas mas sorprendentes de esa noche fue cuando una chica que había allí, que no trabaja con nosotros, me preguntó si conocía a Andy, el irlandés. Yo le dije que hubo un tal Andy de Irlanda que fue compañero de mi piso. Pero no hubo duda de que hablábamos de la misma persona cuando me dijo que se trataba de Andrew Davidson.

Le dije que lo último que sabía de él era que se fue a Canadá, dado que su novia era de allí.

Andy's picture
(Cuadro que me regaló Andy antes de irse y que está colgado en mi habitación)

Luego me tocó volver a casa en bici lloviendo y recé para que ningún policía me parara mientras volvía a casa para pedirme la prueba del alcoholímetro.

Y tras decirme Jorge que no podía estar en Edimburgo el 5 porque estaba unos días en España, decidí posponer la celebración para el domingo.

Pero Carlos, me dijo que su cumpleaños era el viernes 7, con lo cual, ese día intenté salir antes del trabajo.

Tal viernes, no es que hubiera mucho trabajo, era una pesadilla. Parecía que todo Edimburgo hubiera venido a cenar al restaurante que trabajo.

Para mí tomar un vaso de agua, mientras trabajábamos a destajo, resultaba tan gratificante como tomarse un café con hielo en una terraza de Madrid.

Cada vez que subía a esa cocina aparecía un caluroso viento comparable al del Sáhara, dado que la ventilación de la cocina estaba averiada.

Era increíble, nada mas irse una mesa de 30 personas, en 3 minutos habíamos preparado : la cubertería, los vasos y el "stuff" navideño para las siguientes reservas. Nuestros movimientos se parecían a los de los trabajadores de los Boxes en la Formula 1.

Y a las 11 de la noche, al bajar de la cocina aquellos 10 chefs, dado que habían terminado de trabajar.
Viendo sus rostros cansados, pero contentos me recordaron a los mismísimos 300 gladiadores después de una batalla...

















Y tras 11 horas seguidas trabajando, excepto media hora para comer, pude salir a celebrar el cumple de ambos.

Fue en un pub checo con buena música electrónica.

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(Jorge y yo)

Yo y Laurita
(Con Laurita)

Gents toilet in a Czech pub
(El baño para hombres de ese local)

Y, cuando íbamos camino a casa por Leith Street capté una foto de una mujer de unos 50 años con dos bolas navideñas en la cabeza, que me recordó a las antenas de un caracol...
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Después de aquello me tocaba madrugar al día siguiente (sábado).
Mientras trabajaba, pude ver que estaba nevando, fue durante unos 30 minutos, y por ello, la nieve no tuvo tiempo para cuajar. Pero, esto quería decir una cosa, era un aviso de el invierno que nos espera...

El domingo hubo cena, que yo preparé lo mejor que pude. Ahora bien, después de preparar la comida, viendo como quedaron las sartenes, encimeras y la vitrocerámica. Harían falta 5 cuerpos especiales de CSI para limpiar todo eso. Pero al final, la cocina, la dejamos como estaba en un principio.

Y el regalo que me hicieron no lo muestro para no herir sensibilidades (la verdad, es que no tengo fotos).

lunes, 3 de diciembre de 2007

Fin de Semana Frenético

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(Dos símbolos de la ciudad: El castillo y el autobús)

... Y llegó la Navidad...
La verdad es que trabajar en la hostelería en Navidad, es algo que no se lo deseo a nadie.

Todo el mundo celebrando dicha época y uno trabajando todos los fines de semana

Aparte de esta semana, en la que se fue incrementando el trabajo, el viernes y el sábado fue demoledor. Dos chicas que hacen las mismas tareas que yo han dejado el trabajo alegando que no aguantaban el ritmo.

Así pues, sólo Katarina (guapa chica polaca) y yo hicimos el trabajo que solíamos hacer 4 personas.

Generalmente el ritmo de trabajo es rápido, y yo era consciente de que cuando empezara diciembre el trabajo sería "so busy".
Pero este viernes era St Andrew (patrón de Escocia) y el sábado, al ser 1 de diciembre, se inauguraban las cenas de Navidad.


Advertisement in North Castle Street
(Publicidad en North Castle Street)

Recuerdo que mis compañeros y yo, no andábamos...volábamos, cargados de platos en nuestras manos y otros en nuestros brazos.

Entre lo rápido que me movía de la cocina hasta el comedor para dejar la comida en sus correspondientes mesas y, por el como se movían mis compañeros a toda velocidad, la visión me recordaba a una película de cine mudo del estilo "El Maquinista de la General" con Buster Keaton, en la que podías ver que un "frame" después el actor había avanzado 5 metros.

Además la cocina parecía un infierno (Hell's Kitchen), no sólo por el calor que hacía allí, o porque los platos mas que estar calientes ardían, sino porque no daba tiempo para lamentarse, y si pedías que te repitieran el número de la mesa, te decían "Pick up the fucking meal".

Los papeles con los pedidos de las comidas que colgaban en la cocina eran tantos, que en lugar de ver los rostros de aquellos 10 chefs trabajando a destajo, sólo oías sus voces y movimientos de sartenes a velocidad vertiginosa, con decenas de papeles colgando que hacían de improvisados rostros de aquellos cocineros.


(Artista callejero bailando "World in my eyes" en Princes Street)

Odiaba cuando me decían que había que entregar algún plato a la mesa 90 y pico, porque desde la cocina a esas mesas dista un minuto y medio de tortuoso recorrido con platos; como el Steak Pie, que incluye una base de madera; que pesan como las tablas de Moises.
Pero había otro factor, al tener que rodear el bar para llegar a esas mesas implicaba que habría una muchedumbre bailando al son del DJ y donde casi no tenías espacio vital. Con lo cual decidí coger un atajo, abriría una de las puertas que da a una de las salidas de emergencia y saldría por la otra, pero craso error, tenía que pulsar el código para abrir dicha puerta, y cuando una persona lleva 4 platos con comida no es tarea fácil. Pero para mí no era una barrera, me agaché un poco para posar uno de los platos en mi rodilla y conseguí abrir la puerta, para luego incorporarme y poder salir. Si alguien me hubiera visto en tal postura, me imaginé que podría ser algo así...

Tras 6 horas sin descanso, excepto 5 minutos en los cuales fui al baño, y pensando que me quedaban todavía 4 horas, me tocaba volver a las 90's donde había una fiesta, y volví a tomar el atajo, pero esta vez llevaba en mis manos: Un plato con un montón de Garlic Bread (Pan de ajo), otro con docenas de alitas de pollo y otro con al menos 8 gofres. Esta vez me senté en la salida de emergencia, degusté un poco de todo y, después de haberme limpiado las manos y habiendo cenado gratis, llegué a la mesa dejé los platos y ni en ese momento, ni más tarde nadie se quejó de que la cantidad era menor a la que habían pedido.
Quizá la explicación sea que en esa mesa de mujeres treintañeras había un montón de botellas de vino vacías.

En otra ocasión pude ver a un hombre de mediana edad que se dirigía al baño, no sin antes darse de bruces con uno de los árboles de Navidad de dos metros que había en su camino, al verle en el suelo encima del árbol y ante la risa general, los malintencionados pensarían que había un tipo encima de un árbol en actitud cariñosa.

Antes de acabar con mis extrañas narraciones, una foto de una carrera disputada este fin de semana en Tres Cantos (Madrid)














(Asics Eternal Running)