miércoles, 26 de septiembre de 2007

Yo No Quería...















Ayer lunes, estaba en la tienda que veis en la foto (que está en Princes Street) y mientras estaba viendo unos CD's de música me llamó Laura (forma la pareja con la que estuve viviendo entre julio y agosto) y con el ruido que había en la tienda, salí de allí, para escucharla bien, sin darme cuenta que llevaba un CD en mis manos que no había pagado. Al salir de la tienda charlé con ella un rato por el móvil y cuando colgué el teléfono, vi que en mi otra mano estaba el CD. No entendía que pudiera haber salido de la tienda con los controles de seguridad típicos de cualquier tienda y que ningún segurata me hubiera dicho nada.
En aquel justo instante tuve una duda moral, volver a la tienda y decirles que por despiste me había ido con el CD sin pagar, lo cual sería bastante estúpido, además de gracioso intentándolo explicar en inglés, la otra opción era largarme como si aquí no hubiera pasado nada, finalmente opté por la segunda opción. Pero lo gracioso es que cuando me iba con el CD en las manos recordé que todavía me faltaba por comprar unos pósters de cine que sólo había encontrado en esa tienda, así pues, hice algo bastante raro: Decidí que si volvía a la tienda dónde me había llevado un CD sin darme cuenta, tendría que volver sin el dichoso CD no sea que me pillen con él.

Plan A: Ir a los Princes Gardens y dejar entre unos matorrales el CD, compro los carteles y vuelvo a por el CD. No fue posible porque sorprendentemente habían cerrado los jardines ese día a las 6 de la tarde.

Plan B: Ir a una tienda de al lado, por ejemplo una librería y dejar el CD, sin el envoltorio de plástico y así lo hice, busqué una sección que no fuera muy solicitada, porque si dejaba el CD entre unos libros en la sección de best sellers, seguro que desparece, pensé dejarlo entre unos libros de cocina, pero al final opté por dejarlo en la sección de novelas para mujeres, esas en las que siempre sale una pareja muy contenta y las tapas del libro son rosas, que a la vista parecen todas iguales como si el mismo estúpido autor hubiera escrito todas. Bueno, pues dejé el CD entre unos libros, volví a la otra tienda y vi que había dos vigilantes en la misma puerta por la que yo salí impune con el CD sin ningún problema, entré, compré los carteles y volví para casa.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta la novela rosa. Me extraña que nadie mirara en esa sección.

Anónimo dijo...

Un momento.... ¿ibas a comprar un disco?!?

Tonecas dijo...

No, sólo estaba mirando. Para conseguir música tengo otros recursos, ya sabes...

Sebastián Ortega dijo...

Eso de los arbustos me ha recordado mucho a parabellum...