lunes, 3 de septiembre de 2007

Bailando funky















El pasado sábado, mientras trabajaba en el restaurante (aquí os dejo una foto de la entrada) sucedió algo bastante curioso cuanto menos.
En este restaurante hay bastante trabajo, por no decir demasiado y el sábado hay el triple de trabajo que cualquier otro día. Bueno... como iba diciendo, este pasado sábado eran las 10.30 de la noche, más o menos y el comedor que tiene capacidad para 150 personas, estaba a reventar y mientras nosotros llevábamos 3 platos o 4 de una vez hasta las mesas a un ritmo endiablado, hasta que... va y salta la alarma anti-incendios. En aquel mismo instante estaba en la cocina recogiendo platos. Nos dice el mánager, o el encargado, que no nos preocupemos, que no pasa nada.
Me dirijo hacia el comedor y veo que todos los clientes siguen sentados a pesar de que la alarma sonaba ruidosamente y había varias luces rojas encendidas (las mismas sirenas que usan los polis yanquis en las películas, pero colgadas en el techo).
Me hizo gracia, porque el restaurante podía estar ardiendo, pero todos los clientes seguían sentados comiendo sus exquisitos platos y en un salón que hay al lado del comedor había gente bailando funky (dado que los sábados, después de tocar un tío con el piano, el ambiente se pone más festivo) con las sirenas anti-incendio sonando a todo trapo, la luces parpadeando y la música seguía como si aquí no pasara nada.

A continuación, volví a la cocina para ir a por más platos, regresé al comedor e iba a dejar los platos en una de las mesas y decir aquello de: Who's having Chicken Linguine and Seafood Risotto, para que me digan de quién es cada plato, y a todo esto con la alarma todavía funcionando unos de los clientes se me queda mirando como diciendo: Estoy comiendo mientras está sonando la alarma... que coño es todo esto.
Pasaron unos minutos y desapareció la alarma, en ese justo instante la gente se puso a aplaudir, pero un minuto después volvió la dichosa alarma a funcionar.

Mientras seguía funcionando la alarma y seguíamos sin saber a que era debido, estuve dándoles unas clases de español a mis compañeros, que después de decirla yo, la repetían el escocés, el inglés, la canadiense y la finlandesa. Frases como: "Toros, paella y olé", "Chicas calientes", "Mucho frío aquí, pero menos en mi casa", "Una de bravas, por favor" o "Escocia" que a pesar de que la repetí varias veces, los cuatro al unísono decían Eh-cocía y yo intentaba decirles que eh-cocía como ellos decían significa otra cosa...

Con la coña de que hay un español trabajando con ellos, no sé como consiguieron la canción Bulería de Bisbal y la pusieron en la cocina, mientras sonaba la alarma de fondo y se me quedaron mirando como si yo de repente fuera a dar vueltas como una peonza como hace Bisbal, yo que de vez en cuando me considero una persona con cabales, les dije que no tenía ni idea. Así que se pusieron todos a hacer movimientos extraños que pretendían imitar a las sevillanas, a pesar de que yo no tengo ni idea de bailarlas y por último antes de que se restableciera la normalidad, pusieron esa canción de los Bee Gees que sale en la peli Fiebre del Sábado Noche, creo que se llama Stayin' Alive ahí nos soltamos bailando como si fuéramos unos vulgares imitadores de John Travolta y cantamos la canción (yo más bien dije eso de: Ah, ah, ah, ah, espenemela, espenemela).

Bueno, pues por fin, acabó la alarma y, con ello la fiesta que habíamos hecho improvisadamente.

Me contarían luego, que en uno de los baños alguien se puso a fumar y echó el cigarrillo mal apagado en la papelera. Cosa rara porque en ningún restaurante, ni bar, se puede fumar y tuvo que ir uno de los trabajadores con extintor en mano a sofocar las pequeñas llamas que habían en la papelera.

1 comentario:

Sebastián Ortega dijo...

Tonecas sigue así con el blog está muy currado.

PD: estás engordando! a ver que comes, menos carne y más pescado!